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La ciudad

Alicante (en valenciano y cooficialmente Alacant) es una ciudad y municipio español, capital de la provincia homónima, una de las tres que conforman la Comunidad Valenciana. Es una ciudad portuaria situada en la costa mediterránea. Por su población, de 329 988 habitantes (INE 2017), es el segundo municipio más poblado de la comunidad autónoma y el undécimo del país. También se trata del octavo núcleo urbano más poblado del país, por detrás de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Málaga y Bilbao. Forma una conurbación de 452.462 habitantes con muchas de las localidades de la comarca del Campo de Alicante: San Vicente del Raspeig, San Juan de Alicante, Muchamiel y Campello. Estadísticamente se asocia también al área metropolitana de Alicante-Elche, que cuenta con 757.085 habitantes. Ciudad eminentemente turística y de servicios, es uno de los destinos turísticos más importantes de España.

La ciudad ostenta este título desde 1490 concedido por Fernando II de Aragón, además de los títulos de «Muy Ilustre Fiel y Siempre Heroica Ciudad de Alicante». Las dos primeras le fueron concedidas por Felipe V; bastante más tarde le llegaría la de Heroica, que le otorgó Alfonso XII según real decreto aparecido en el Boletín Oficial de la Provincia el viernes 10 de junio de 1881. Con anterioridad Alfonso X de Castilla ya la había distinguido con las de Leal y Esforzada. Posteriormente fue Carlos I quien, junto con el Toisón de Oro para la orla de sus armas, concedido en el año 1524, confirmó también a su municipio el tratamiento de excelencia.

Toponimia

El primer topónimo que se conoce, en relación con Alicante, es el griego de Akra Leuké, referido a una factoría o asentamiento cartaginense anterior, cuyo nombre púnico se desconoce. Aunque no se tiene certeza, se cree que se trata del mismo lugar al que las primeras fuentes romanas denominan Castrum Album («fortaleza blanca»). Por mucho que no se haya confirmado que se trate de la misma ciudad, parece clara la relación etimológica entre Akra Leuké y la posterior denominación latina de Lucentum o Leukante, relacionada con el Tossal de Manises Con la llegada de los árabes, esta denominación evolucionó a medina Laqant o al-Laqant, denominación que se retuvo en la forma valenciana Alacant y que se castellanizó en Alicante.

Símbolos

El escudo de la ciudad de Alicante es uno de sus símbolos representativos, que aunque sin estar regulado según la normativa autonómica, es descrito en diversos tratados de heráldica de manera diferente, asociado también en algunos periodos, a las armas propias de la provincia. Así, Francisco Piferrer en su Nobiliario de los reinos y señoríos de España lo describe como un castillo sobre un peñasco bañado por las olas del mar, y en el jefe, las cuatro barras de Aragón. Más recientemente, Vicente de Cadenas, cronista de armas de España fallecido en 2005, lo describe incluyendo la orden del Toisón de Oro y timbrado, como corresponde a la tradición de las capitales de provincia, con una corona real cerrada. Este autor también asocia al peñasco con una figura humana, alusión a la popularmente conocida como peña del moro, y letras representativas del lema Acra Leuka, Lucentum Alicante, que refleja en color oro:

En campo de gules, sobre ondas de azur y plata, una peña de rostro humano, sumada de un castillo de oro, almenado, mazonado y aclarado de gules, sumado a su vez de un losange, de oro, con cuatro palos de gules, y acompañado a la diestra por las letras A y L (Acra Leuka), y a la siniestra L y A (Lucentum Alicante) de oro y puestas en palo. Rodea al escudo el toisón de oro.

Vicente de Cadenas
Bajo la alcaldía de Lassaletta, el Ayuntamiento de Alicante realiza una consulta al heraldista local Félix Ortiz, sobre la cuestión de las letras y su disposición en el escudo. Como respuesta a ello, dicho autor publica su estudio «El escudo heráldico municipal de Alicante» en el que se compone el escudo con corona abierta, de acuerdo con las normas del Consejo Técnico de Heráldica valenciano, y sin las letras alusivas al lema en latín, por considerar como añadidos personales de diferentes cronistas de la ciudad en cada época. A pesar de ello, el Ayuntamiento viene empleando una representación heráldica en el que, si bien la corona es abierta, sigue recogiéndose las letras «A-L-L-A» (Akra Leuka-Lucentum-Alicante).

Geografía física

La ciudad se halla a orillas del Mediterráneo, en una planicie sorteada por una serie de colinas y elevaciones. El monte Benacantil, con 169 m de altura, sobre el que se asienta el Castillo de Santa Bárbara, domina la fachada urbana y constituye la imagen más característica de la urbe. En esta encontramos también el Tossal, donde se asienta el castillo de San Fernando, la sierra de San Julián o Serra Grossa, las lomas del Garbinet y el Tossal de Manises. Entre estas discurren barrancos y vaguadas, algunos completamente ocultos por el crecimiento urbano como las ramblas de Canicia, Bon Hivern o San Blas-Benalúa; otras, de más envergadura, se hallan canalizadas como la Rambla de las Ovejas o la del Juncaret. Al sur de la ciudad hay una zona pantanosa, el saladar de Agua Amarga y al noroeste se encuentran las Lagunas de Rabasa.

Playa de San Juan.

En la línea de costa cabe señalar las playas que son, de norte a sur: San Juan, La Almadraba, La Albufereta, El Postiguet, Agua Amarga, El Saladar, y las de la isla de Tabarca. Entre las playas de La Albufereta y la de San Juan está el Cabo de la Huerta, con numerosas calas: Calabarda, Cantalares, Los Judíos, La Palmera.

Hay un gran desnivel dentro de la misma ciudad: mientras que el ayuntamiento está a 0 m y se toma como referencia para medir la altura de cualquier punto de España, hay barrios al mismo nivel, como la Playa de San Juan, otros a más altura como el Pla del Bon Repós y San Blas a 30 m, Los Ángeles a 75 m o la Ciudad Jardín del General Marvá y Virgen del Remedio a más de 80 metros.

El término municipal abarca poco más de 200 km² y destaca como máxima elevación los 1.209 m del Cabezón de Oro. También hay montes de menor altura como las sierras de las Águilas, La Alcoraya, Mediana, Fontcalent (426 m), Sancho y los Tajos, que separan Alicante de las comarcas del Vinalopó. Estas elevaciones son formaciones compuestas por materiales calizos, margas y areniscas. En cuanto a la hidrografía cabe señalar las cuencas del río Monnegre o Seco y de la Rambla de las Ovejas. Destaca también la isla de Tabarca, frente al cabo de Santa Pola y que forma parte del municipio

Clima

Alicante cuenta con un clima semiárido cálido, con temperaturas suaves a lo largo del año y lluvias escasas, concentradas en los periodos equinocciales. De acuerdo a la clasificación climática de Köppen el clima de Alicante es, en general, de tipo BSh (semiárido cálido), ya que la temperatura media anual se situó por encima de los 18 °C en el periodo de referencia 1981-2010 de AEMET.

Los inviernos son suaves. El mes más frío (enero) presenta una temperatura media de 12 °C, unas máximas de unos 17 °C y mínimas de entre 6 y 7 °C. Las heladas son muy raras, suelen ser muy ligeras y no ocurren todos los años (la mínima registrada en los últimos 35 años fue de -1.6 ºC, aunque casi nunca suele bajar de -1 ºC) y la nieve es prácticamente desconocida en la ciudad; ya que en 1926 ocurrió la última nevada ligera dentro de la ciudad.1 Los veranos son cálidos, siendo agosto el mes más cálido, con unas medias de alrededor de los 26 °C. En este mes las máximas no son demasiado altas (debido a la influencia marítima), situándose incluso algo por debajo de los 31 °C y siendo por tanto más suaves que en gran parte del centro y sur peninsular. Sin embargo las noches suelen ser tropicales en julio y agosto, con una media de las mínimas que superan incluso los 21 °C. La amplitud térmica diaria es pequeña (de unos 10 °C), aunque en episodios ocasionales de viento de poniente puede superar los 15 °C. La oscilación térmica anual es también reducida, rondando los 14 °C.

Las precipitaciones anuales son escasas, apenas superando los 300 mm y con una gran irregularidad. Los meses de junio a agosto resultan muy secos (con una media de unos 4 mm en julio), en contraste con los meses más lluviosos: septiembre y octubre, debido a las lluvias torrenciales causadas por la gota fría, que han llegado a superar en varias ocasiones los 200 mm en 24 horas causando severas inundaciones. Esta irregularidad es lo que explica que al año solo haya 37 días de lluvia al año. Desde que se tienen registros históricos, en 1934, las tres jornadas de lluvias más copiosas en la capital alicantina han sido: la del 30 de septiembre de 1997, con 270,3 mm, debido a una gota fría. La ciudad se inundó y cinco personas fallecieron. A esa fecha le sigue el 20 de octubre de 1982, con 233,1 mm, y la tercera jornada más lluviosa en la ciudad ha sido la noche del 13 al 14 de marzo de 2017 con 137 mm.

Debido a que Alicante es una ciudad costera, la humedad media anual es alta (en torno al 66%), variando poco a lo largo del año.

Naturaleza

Flora: madroño, palmito, hierba de San Juan, mirto, carrasca, nogal, astrágalo hispánico, rabo de gato y tomillo.

Fauna: en la  ciudad de Alicante y los municipios limítrofes pueden observarse conejos, liebres, muflones, perdices, tordos, tórtolas, torcaces, merlas, comadrejas, jabalíes, perros salvajes, gatos monteses, patos, ratones de campo y teuladis.

Caso aparte es la isla de Tabarca, que se caracteriza por la riqueza en especies y en ella priman tanto los artrópodos como los vertebrados. Destacan especies como el eslizón ibérico, Chalcides bedriagai, y del dermáptero Anisolabis marítima, localizado en pequeñas playas. La isla cuenta con algunas especies exclusivas del lugar como Cryptocefalus espagnoli y Brachynema espagnoli. Sí llama la atención la gran cantidad de aves marinas, como el cormorán moñudo, el alcatraz común, la gaviota de Audouin y el paiño común.

Medio Marino

Isla de Tabarca
Desde su protección en 1986 los fondos marinos de Tabarca presenten una escasa contaminación por aguas residuales, siendo un enclave magnífico para el desarrollo de comunidades de algas feofíceas del género Cystoseira y especies de carácter tropical como Hypnea cervicornis, Penicillus capitatus y Anadyomene stellata. Se encuentran muy desarrolladas las praderas de fanerógamas marinas, con plantas de los géneros Cymodocea y Posidonia, particularmente la Posidonia oceánica que abarcan todo el contorno de la isla entre 0 a 30 metros. Esta pradera de Posidonia presenta una abundante y rica fauna vágil –con peces como la salpa o la oblada–. Las poblaciones de grandes crustáceos reptadores como la langosta y la cigarra de mar que han aumentado significativamente.

Vista de la Isla de Tabarca.

Son frecuentes en la zona de la isla de Tabarca ejemplares adultos de tortuga boba, Caretta caretta. Entre los peces de las aguas de la isla de Tabarca destacan los grandes serránidos como el dot, el cherne, el mero y el "gitano" y los grandes espáridos como la dorada, el pargo y el dentón. Entre los invertebrados de interés faunístico, destacan los moluscos vermétidos que construyen atolones y pequeñas plataformas en toda la plataforma de abrasión de la isla. También destacan las gorgonias, las nacras, los abundantes cangrejos, las caracolas, las esponjas, los erizos de mar y las estrellas de mar.

Historia
Prehistoria y Edad Antigua

Vista del puerto y el Castillo de Santa Bárbara.

Los orígenes del asentamiento urbano en la huerta y alrededores de Alicante se remontan a la aparición de poblados íberos que datan del siglo III a.C, en estrecha relación con factorías comerciales griegas, principalmente la de los Baños de la Reina en El Campello. Y es que son colonos de Focea (polis griega en Asia Menor) los que tomaron como referencia marítima para la navegación de cabotaje al monte Benacantil llamándolo Akra Leuka («Promontorio Blanco»), si bien no hay certeza de edificaciones hasta que Amilcar Barca situó allí su principal acuartelamiento poco antes de la segunda guerra púnica al valorar las posibilidades que ofrecía como asentamiento militar su cima.

En el 201 a. C. los romanos capturan la ciudad íbera conocida como Leukante o Leukanto (Lucentum es una latinización del nombre original que solo existió en los mapas romanos) que contaba con un aceptable puerto marítimo-fluvial en la desembocadura del barranco de la Albufereta. Este será el primer solar de lo que con el tiempo se convertiría en Alicante.

Hacia la época del final del dominio romano el encenagamiento del torrente que desemboca junto al poblado de Leucante (Lucentum) hace que deje de ser adecuado como el puerto y queda el asentamiento rodeado de marismas y pantanos palúdicos insalubres, por lo que su población se va desplazando progresivamente hacia las faldas del Benacantil, dando lugar al verdadero origen del actual casco urbano.

Edad Media
Dominio islámico
Entre el 718 y el 4 de diciembre de 1248 la ciudad cae bajo dominio islámico, pasando a llamarse Medina Laqant o Al-Laqant (obsérvese que el topónimo valenciano es Alacant). Durante este periodo, la ciudad siguió los destinos de Al-Ándalus y tras el desmembramiento del Califato de Córdoba perteneció a las Taifas de Denia y Almería. Hoy en día pueden observarse restos arqueológicos de la medina islámica junto al ayuntamiento de la ciudad.

Reconquista cristiana

En virtud del Tratado de Cazola (Soria, 1179) entre Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón, la frontera meridional de Aragón se fijaba en la línea que une Biar, Castalla, Jijona y Calpe. Por lo tanto Alicante pertenecía a la zona de expansión castellana. En el año 1243, el gobernante musulmán de la Taifa de Murcia, Muhamad ben Hud, firmó el Tratado de Alcaraz con el infante Don Alfonso, que después se convertiría en el rey Alfonso X el Sabio, por el cual el reino musulmán de Murcia se ponía bajo protectorado castellano,...con la ciudad de Murcia y todos sus castillos desde Alicante fasta Lorca y fasta Chinchilla...


Barrio de Santa Cruz desde las laderas del Castillo de Santa Bárbara.

Aunque en principio se procedió a repoblar la ciudad, la carencia de suficientes pobladores cristianos unido a razones económicas prolongó la permanencia de la población musulmana. Sin embargo, el gobernador de Alicante, Zayyan ibn Mardanish, no aceptó el pacto y fue obligado, acompañado de muchos pobladores, a abandonar el área en 1247, fecha en la que comienza la soberanía castellana de Alicante. La conquista militar se finalizó el 4 de diciembre de 1248 con las tropas del rey castellano, comandadas por su hijo el infante Alfonso, futuro Alfonso X el Sabio. Por el Tratado de Almizra firmado en 1244 entre los reyes de Castilla y de Aragón, en el que se fijaron los límites de la expansión de sus respectivos dominios en la línea de Biar a Villajoyosa, Alicante permaneció bajo soberanía castellana por espacio de 48 años. El infante Alfonso X el Sabio, una vez tomada la villa a los andalusíes, conmemora la victoria denominando al castillo árabe construido sobre el monte Banu-l-Qatil (de donde proviene «Benacantil») «de Santa Bárbara», por coincidir esta festividad con el día de la toma de la ciudad por la cristiandad.

Corona de Castilla (1248-1296)

Desde el principio, Alfonso X el Sabio intentó establecer en Alicante un grupo de cristianos numeroso dada la importancia militar y mercantil de la villa, pero el proceso repoblador fue lento y se prolongó a lo largo de todo el siglo XIII, aunque está poco documentado a causa de la desaparición de los Libros de Reparto. Los repobladores cristianos, principalmente castellanos y leoneses, recibieron todo tipo de privilegios y franquicias para facilitar su asentamiento. Con esta finalidad de asegurar mejor su creciente poblamiento e impulsar más activamente su mayor promoción económica y comercial, en agosto de 1252 Alfonso X otorgó a la ciudad el Fuero Real, muy parecido al de Córdoba. Dotó a la villa de un concejo fuerte, de numerosas exenciones fiscales y de un amplio término municipal, que abarcaba los municipios actuales de Agost, Monforte del Cid, Aspe, Novelda, Elda, Petrel, Busot, Aguas de Busot, El Campello, Muchamiel, San Juan y San Vicente del Raspeig. Además, el rey castellano dispensó grandes medidas de favor al puerto de Alicante, considerado de gran valor estratégico.

Entre 1264 y 1266 Alicante estuvo inmersa en una rebelión mudéjar que se extendió por casi todo el Reino de Murcia; el rey castellano, empleado entonces en el asedio de Niebla, solicitó ayuda a su suegro Jaime I de Aragón para sofocarla. Este intervino rápidamente y redujo todas las ciudades rebeladas a la aceptación de la soberanía castellana, aunque dejando a más de 10.000 aragoneses y catalanes en el Reino de Murcia y la preponderancia de la población de origen aragonés y catalán a partir de aquel momento.

Corona de Aragón (1296-1707)

Debido a una crisis dinástica por la sucesión de Sancho IV el Bravo, el infante Alfonso de la Cerda, un aspirante ilegítimo a la Corona de Castilla, pidió ayuda a Jaime II de Aragón a cambio de donarle, en caso de conseguir la Corona, el Reino de Murcia, según los acuerdos secretos de Calatayud (1289), Ariza (enero de 1296) y Serón (febrero de 1296). Aprovechando la situación, Jaime II procedió a la conquista del Reino de Murcia.

Plaza Santísima Faz, en el Casco Antiguo.

Alicante fue conquistada el 22 de abril de 1296, a pesar de la resistencia del alcaide del castillo Nicolás Peris, terminando con la soberanía castellana. La conquista fue, en parte, facilitada por los colonos cristianos de origen catalán o aragonés asentados en Alicante tras sofocar la rebelión morisca, el año 1266, llevada a cabo por Jaime I de Aragón (como, por ejemplo, la ayuda de la familia Torregrossa, de cuyo escudo se basa el actual blasón de la ciudad). Aun así, Jaime II respetó los privilegios e instituciones anteriores aunque adaptándolas a la nueva situación política, particularmente después de la incorporación de Alicante, y el resto de comarcas limítrofes al Reino de Valencia mediante la modificación de lo fijado en el Tratado de Almizra (Sentencia Arbitral de Torrellas, 1304 y Tratado de Elche, 1305).

La repoblación cristiana continuó, esta vez con catalanes y, en menor medida, aragoneses, con una velocidad y número mayores, por lo cual la población originariamente castellana quedó en minoría entre la población cristiana. Aun así, hasta la primera expulsión de los moriscos, la población de origen árabe era mayoritaria en comparación con los cristianos.

Real Provisión que permite establecerse y poblar la ciudad y huerta de Alicante a los mudéjares (1430).

El crecimiento de principios de siglo XIV se vería truncado a partir de 1333, cuando ya el hambre se dejó sentir en Alicante, primera señal de la crisis que se acercaba: la Guerra de la Unión (1348), la Peste Negra (1348) y la Guerra de los Dos Pedros (Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón) entre 1356 y 1366 que tuvo en Alicante uno de sus principales escenarios. La villa estuvo en manos castellanas y parte de la población emigró, murió o cayó cautiva. Como consecuencia de ello, la población se vio reducida a la mitad, al igual que en otras ciudades del Reino de Valencia. Con la paz se inicia la reconstrucción social y económica aunque los mudéjares prácticamente desaparecieron y los judíos fueron una minoría. Pedro IV el Ceremonioso dictó numerosas medidas para reactivar la economía y la paz social, aunque esto no evitó el ataque contra los judíos de 1391 que acabó con la presencia de esta comunidad en la sociedad alicantina.

Durante el siglo XV Alicante continuó creciendo y una próspera agricultura orientada hacia la exportación (vino, frutos secos, esparto) impulsó un notable desarrollo del puerto y una clase media que controlaba el gobierno municipal. El único conflicto bélico fue la guerra con Castilla de 1430 que no tuvo excesivas consecuencias. La población continuó en aumento y este progreso sirvió de justificación a Fernando el Católico para otorgarle el título de ciudad en 1490.

Edad Moderna
En 1510 Alicante era la quinta ciudad del Reino de Valencia. Desde la obtención del título de ciudad el desarrollo institucional, económico y demográfico de Alicante fue palpable. El puerto se convirtió durante la Edad Moderna en el más importante del Reino de Valencia y propició el asentamiento de colonias de comerciantes extranjeros que imprimieron un gran dinamismo al tráfico mercantil. La construcción del embalse de Tibi a finales del siglo XVI permitió asegurar la producción de la huerta cercana a la ciudad, cuyo producto principal era la uva, y por consiguiente el vino, junto con la barrilla, el esparto y los frutos secos. El puerto además se convirtió en punto de salida de los productos de La Mancha y en un eficaz redistribuidor de algunos productos coloniales y de salazones llegados del norte de Europa. El desarrollo económico permitió a Alicante arrebatar a Orihuela, en 1647, la capital de la Bailía meridional valenciana y posteriormente, en 1785, la creación de un Consulado del Mar independiente del de Valencia.

Alicante fue objetivo militar en prácticamente todos los conflictos bélicos. Así fue casi destruida en 1691 por la escuadra francesa que dirigía el almirante D'Estrées y durante la Guerra de Sucesión fue ocupada alternativamente por austracistas y borbónicos. La voladura parcial del Castillo de Santa Bárbara por parte del caballero D'Asfelt determinó la salida de los aliados de la ciudad y el triunfo borbónico en esta parte del Reino de Valencia. La Guerra de Independencia dejó también sus secuelas como consecuencia de la crisis de subsistencia y de los gastos militares, se construyeron nuevas murallas y el Castillo de San Fernando, aunque las tropas francesas no llegaron a ocupar la ciudad.

Época Contemporánea

Siglo XIX

El talante abierto y liberal de los alicantinos se manifestó a lo largo del siglo XIX. Muestras de ello son el gozo popular por la Constitución española de 1812 y la desaparición de la Inquisición, las grandes dificultades para formar un batallón de voluntarios realistas en 1824 para reprimir a los liberales, la rebelión de Boné liderada por Pantaleón Boné en 1844, el apoyo a la Vicalvarada (1854) y al pronunciamiento de septiembre de 1868 que dio paso al Sexenio Revolucionario. El primer club republicano se abrió en Alicante alrededor de noviembre de 1868, y esta tendencia política triunfó en las elecciones municipales de 1870.


Plaza de los Luceros.

Debido a su condición de ciudad portuaria fueron frecuentes las epidemias. Una de las más recordadas fue la del cólera-morbo de 1854 (véase: Pandemias de cólera en España). En esta epidemia destacó por encima de todos el Gobernador Civil Trino González de Quijano que heroicamente entregó su vida defendiendo y ayudando, durante los 24 días de su mandato, a los enfermos de toda la provincia. Fallecería víctima de la epidemia el 15 de septiembre de 1854. En recuerdo se le levantó un mausoleo en el que descansan sus restos en el centro de la Plaza de Santa Teresa.

La provincia de Alicante nació como tal en las Cortes liberales de 1822, y correspondía con la antigua Bailía meridional valenciana, si bien fue ampliada en 1833 con parte de la desaparecida provincia de Játiva y los municipios de Villena y Sax. En 1847 comienza la ampliación del puerto, y en 1858 finaliza la construcción del ferrocarril entre Alicante y Madrid con el enlace Alicante-Almansa. Entre 1854 y 1878 se derruyeron las murallas de la ciudad.

El 1 de febrero de 1893 el ayuntamiento adoptó la bandera naval de Alicante, como bandera de la ciudad.

Siglo XX

Durante el periodo 1920–1935 la economía alicantina se decantó por la industria mientras la agricultura se sumía en una segunda crisis. Alicante fue una de las ciudades donde los republicanos ganaron las elecciones municipales de 1931 y durante toda la II República los partidos de izquierdas mantuvieron una mayoría holgada, tanto en la ciudad como en la provincia. El primer alcalde de este periodo fue Lorenzo Carbonell Santacruz, elegido en la candidatura republicano-socialista, que con un 81% de votos realizó diversos proyectos urbanísticos de importancia y fomentó la construcción de escuelas públicas. En 1933, con la llegada del sufragio universal, votaron por primera vez las mujeres alicantinas, ganando el PSOE y en las elecciones generales del 16 de febrero de 1936 triunfó el Frente Popular con un 80,72% de votos.

Marina Deportiva de Alicante.

En el inicio de la Guerra Civil española, el bando sublevado fracasó en un intento de poner sitio a la ciudad desde Orihuela y otras poblaciones de la Vega Baja. Otro suceso importante fue el fusilamiento del dirigente falangista José Antonio Primo de Rivera, que se encontraba preso en Alicante, el 20 de noviembre de 1936. Como represalia Alicante sufrió el famoso "bombardeo de las ocho horas" pocos días después.

Alicante, vista aérea en 1932.

La ciudad sufrió durante la guerra 71 bombardeos que causaron la muerte a 481 personas y el derrumbe de 705 edificios. El ataque que causó más víctimas fue el Bombardeo del 25 de mayo realizado por aviones italianos Savoia a las 11 horas del domingo 25 de mayo de 1938 cuando, tras soltar 90 bombas, murieron 313 personas, en gran parte mujeres y niños que se encontraban en el Mercado Central. Muchos historiadores actuales[cita requerida] sobre la Guerra Civil española coinciden en equipararlo con el Bombardeo de Guernica.

A pesar de los bombardeos, la ciudad permaneció fiel a la República hasta el final de la Guerra y por ello fue objeto de técnicas de debilitamiento psicológico como por ejemplo el lanzamiento de pan blanco envuelto en lemas fascistas en época de hambre. Puesto que Alicante fue de las últimas ciudades en caer en manos de las tropas franquistas, en el puerto se vivieron escenas dramáticas entre los que esperaban buques para partir al exilio; había orden de matar a toda persona que se encontrara en la zona intentando huir, los buques extranjeros no aceptaban recoger a nadie debido a la amenaza existente sobre el hundimiento de cualquier barco que recogiera exiliados; los únicos barcos que corrieron el riesgo por salvar a la población civil fueron los argelinos y otros barcos como el Stanbrook que partió del puerto sobrecargado. Centenares de alicantinos partieron hacia Orán, creando una colonia estable y un hermanamiento entre las dos ciudades que todavía hoy persiste.

Vista de la calle Arquitecto Morell, Alicante, durante las inundaciones de 1997.

En la tarde-noche del 30 de marzo de 1939 entraban en la ciudad las unidades de la División Littorio, comandada por el general Gambara, con un ostentoso desfile delante del Ayuntamiento y las principales calles de la ciudad. La represión consecuente fue considerable al considerarse la ciudad y la provincia como «rojas». Los últimos detenidos republicanos en la guerra lo fueron en el puerto de Alicante, y la mayoría sufrieron la estancia en el campo de concentración de Los Almendros. Al terminar la guerra, el alcalde Luciáñez propuso que la ciudad pasara a llamarse Alicante de José Antonio. Pese a aprobarse nunca llegó a producirse el cambio.

La década de los sesenta trajo el desarrollo económico y el crecimiento demográfico que continuó en las décadas siguientes. La economía evolucionó hacia el sector servicios, especialmente hacia el turismo, y se produjo el mayor desarrollo urbanístico de la ciudad, con el nacimiento de nuevos barrios en el extrarradio.

Con la llegada de la democracia el gobierno de la ciudad pasaría a manos del PSPV-PSOE desde 1979 hasta 1995, después el gobierno pasó a manos del PP desde 1995 hasta 2015, cuando el PSPV-PSOE recuperó la alcaldía después de veinte años. En la década de los ochenta se trató de solucionar el caos urbanístico mediante la creación de nuevas vías de comunicación (Gran Vía, Vía Parque) y la dotación a la ciudad de centros de salud, colegios públicos, institutos, centros sociales y demás servicios municipales, en especial en algunos barrios que nacieron en la etapa desarrollista.

Un problema debido a no tener en consideración las características del clima mediterráneo, durante la fase de urbanismo, son las inundaciones. Ya que los agentes urbanizadores desarrollaban los terrenos de los que eran titulares, en muchos casos siendo barrios aislados con espacios entre ellos que se fueron rellenando con los años, aunque todavía hoy quedan espacios sin uso. Esta ausencia de planificación y regulación urbanística eficaz, así como la no consideración de los riesgos del clima mediterráneo como son las precipitaciones de fuerte intensidad horaria; han causado afecciones reiterativas en la ciudad, principalmente en otoño donde se dan los máximos pluviométricos, y en primavera. De hecho el 19 de octubre de 1982 caían 220 mm en la ciudad, un nuevo récord de lluvia en menos de 24 horas que causó numerosas pérdidas materiales. La Rambla de las Ovejas llegaría a 400 m³/s, su máximo histórico, y sembraría el caos en el barrio de San Gabriel, con dos muertos, lo que motivó que tras la riada fuese canalizado el tramo final de la rambla.

El 30 de septiembre de 1997 se vuelve a batir el récord de lluvia con 270 mm y la ciudad sufrió las peores inundaciones de su historia, con cuatro muertos y una altura de las aguas que en algunos barrios como Playa San Juan o San Agustín superaron el metro. Se decretó un día de luto oficial en el que las autoridades se dedicaron a drenar las aguas que anegaban barrios enteros. Las pérdidas económicas fueron cuantiosas, sobre todo en el centro de la ciudad y las playas, lo que motivó un gran plan de defensa contra las riadas para prevenir a la ciudad de repetir una situación similar.


Costa de Alicante

Siglo XX

Salida desde Alicante de la Volvo Ocean Race 2008/09.

Con el nuevo siglo, Alicante ha conocido un crecimiento demográfico excepcional fruto de la llegada de inmigrantes. Esto, unido a que las generaciones más numerosas son las que actualmente están buscando vivienda, ha causado un nuevo auge urbanístico que conlleva una expansión urbana.

Un elemento fundamental de las comunicaciones es el TRAM Metropolitano de Alicante, una combinación de tranvía y metro ligero que es subterráneo en algunos tramos. Ya se ha conectado el centro de la ciudad de Alicante con Benidorm y San Vicente del Raspeig, y se espera que esta línea se prolongue hacia las localidades del norte de la provincia (Denia). En el futuro se espera que se conecte con el Aeropuerto de Alicante-Elche, con el IFA, y con la vecina ciudad de Elche. La Avenida de Denia (entrada norte de la ciudad) fue totalmente remodelada en la primera década del siglo, incorporando elementos arquitectónicos y glorietas y la avenida de Elche (entrada sur de la ciudad) lo ha sido en la segunda.

Por otro lado, en la zona sur de la ciudad se construyeron los estudios de cine Ciudad de la Luz, donde entre 2006 y 2012 se rodaban películas y series de ámbito nacional e internacional, pero que finalmente entraron en desuso por la falta de proyectos que rentabilizaran la inversión realizada. Otros proyectos que se están llevando a cabo son la expansión de la Universidad de Alicante dentro del término municipal, o la organización de eventos deportivos como la Volvo Ocean Race.

 

La provincia

Alicante (en valenciano, Alacant) es una provincia española. Se encuentra en el sureste de la península ibérica, y es la provincia más meridional y menos extensa de la Comunidad Valenciana (25,01% de su territorio). No obstante, es la quinta provincia más poblada del país, con 1.855.047 habitantes en el 2015, la quinta en densidad de población y la más densamente poblada de la Comunidad Valenciana. Su capital es la ciudad de Alicante y cuenta con 26 municipios de más de 20.000 habitantes, siendo de las provincias con mayor grado de urbanización. Tiene 141 municipios.

La provincia de Alicante limita al oeste con la Región de Murcia y la provincia de Albacete, al norte con la provincia de Valencia, al sur con Murcia y al este con el mar Mediterráneo.

Historia
Edad Antigua

Alicante, con sus fértiles vegas y sus prominentes salientes hacia el mar, siempre ha sido una tierra estratégica, que ha sido poblada y colonizada por todos los pueblos y culturas del Mediterráneo, teniendo así vestigios de ciudades construidas por íberos, griegos, romanos, fenicios y cartagineses.

La magnífica escultura de la Dama de Elche.

Desde el siglo V a. C., se conocen algunas importantes ciudades íberas como Ilici y Elo, en las actuales Elche y Elda. Hay constancia de la situación igualmente de colonias griegas, tales como Akra Leuka, en la actual Alicante, Hemeroskopeion, estimada en la actual Denia, o la ciudad de Alonis, que podría encontrarse bajo Villajoyosa o Guardamar.

Durante el periodo romano, se renombraron o refundaron muchas ciudades. Lucentum (Alicante), Dianium (Denia) o Portus Ilicitanus (Santa Pola), son algunos ejemplos de asentamientos de la Hispania romana. Existe así mismo un yacimiento fenicio en la desembocadura del río Segura, en la ciudad de Guardamar.

Durante las guerras púnicas, Amílcar Barca situó en Akra Leuka (Alicante) su principal fuerte militar. Según cuenta la leyenda, el general cartaginés pereció en las inmediaciones de Helike, población que se presupone Elche, y que pudo fallecer ahogado en aguas del río Vinalopó, otrora navegable.

Edad Media
Islamización
Sobre el año 718, la rápida colonización mahometana deja las tierras alicantinas bajo dominación omeya, que pertenecieron al todopoderoso Califato de Córdoba. En torno al año 1010, cuando se fragmenta el califato en los conocidos como Reinos de Taifas, el territorio aproximado que hoy forma la provincia de Alicante, pasa a conformar la Taifa de Denia, que vivirá momentos de esplendor independiente hasta que es conquistada por la Taifa de Zaragoza.

Reconquista
Con el Tratado de Almizra en 1244, se estipuló que la zona al sur de la línea imaginaria trazada por los municipios de Biar, Jijona, Busot y Villajoyosa era del Reino de Murcia (Corona de Castilla), hasta que con la Sentencia Arbitral de Torrellas del año 1304 quedó bajo la administración del Reino de Valencia y, por tanto, bajo la soberanía real de la Corona de Aragón. Dentro del Reino, constituía la demarcación de Ultra Saxonam (o más allá de Jijona). Desde el punto de vista administrativo, toda esta zona quedó bajo la Procuración General de Orihuela, que se convirtió en 1363 en Gobernación General. Las tierras del norte de la provincia quedaron bajo la lugartenencia Ultra Xucorum (o más allá del Júcar), dentro de la gobernación de Valencia.

Castillo de Villena.

Hacia 1609, alrededor del 40% de la población provincial era de religión musulmana, llamados moriscos. Socialmente marginados, su distribución era bastante desigual, concentrándose principalmente en el Valle del Vinalopó, en importantes morerías como Elda, Monóvar, Novelda, Aspe, Elche y Crevillente, así como otras de relativa importancia en el norte de la provincia: Guadalest, Cocentaina, Muro, Benilloba y Vall de Gallinera. Por lo tanto, la expulsión de los moriscos, ese mismo año, produjo un gran vacío demográfico, prácticamente absoluto en algunas comarcas; nuevos pobladores vinieron a habitar sus tierras, provenientes de toda España, aunque en los valles del norte predominó la inmigración mallorquina, cuya isla natal se encontraba en aquel momento superpoblada. Menos afectados se vieron los núcleos donde predominaban los cristianos viejos como Orihuela, Alicante, Alcoy y Villena

Fachada de la Universidad de Orihuela.

Hasta finales del siglo XVII, toda la costa de la provincia estuvo azotada por las incursiones de piratas berberiscos, que obligaron a fortificar y a crear nuevos núcleos de población cristiana en la costa. En ocasiones, llegaron a tomar cautivos a todos los habitantes de pueblos enteros, como hicieron en Benidorm en 1448 o en Calpe en 1637. De la época quedan como testigo las numerosas viviendas con torre situadas en zonas de huerta próximas a la costa.

Edad Moderna
Desde principios de la Edad Moderna, a partir del S. XVII, se produjeron diversos pleitos entre Alicante y Orihuela por la capitalidad de la Gobernación que ganó Orihuela por su importancia histórica y su población numérica que superaba a la de Alicante con creces. Orihuela consiguió en 1564 erigirse en sede episcopal (separándose de la de Cartagena, de la que dependía hasta entonces la gobernación) y en 1547 se fundó en la capital de la Gobernación la real y Pontificia Universidad de Orihuela regentada por los dominicos, que estaría en funcionamiento hasta la 1835. Sin embargo, el ascenso de la ciudad de Alicante, puerto de salida de los productos de Castilla, hizo que, desde 1647, Alicante fuese la capital de la Bailía General.

Castillo de Santa Bárbara en la ciudad de Alicante.

Con el Decreto de Nueva Planta de Felipe V del año 1707, se solucionó la rivalidad entre Orihuela y Alicante dividiendo la antigua Gobernación Ultra Saxonam en dos corregimientos, el de Alicante y el de Orihuela siguiendo ostentando Orihuela la Capitalidad de la Gobernación. El norte de la provincia se encontraba incluido, a partir de entonces, dentro de los corregimientos de Jijona, Alcoy y Denia. Desde la Ilustración, hubo varios proyectos de división provincial de España, superando las divisiones feudales del Antiguo Régimen; el primer intento serio fue el de Miguel Soler, elaborado entre 1799 y 1805, que sería posteriormente retomado por las Cortes de Cádiz, aunque la vuelta al absolutismo de Fernando VII frenó su desarrollo.

Edad Contemporánea
En 1833 se realizó la primera división provincial española efectiva; en el caso de la provincia de Alicante, se formó básicamente a partir de la antigua Gobernación Ultra Saxonam, a la que se añadirían por el norte la Hoya de Castalla, la Hoya de Jijona, la Serranía de Alcoy, la Marina, el Marquesado de Denia y los Valles de Pego. En 1836 se ampliaría la provincia al oeste con la incorporación de las poblaciones de Villena (desde 1833 en la provincia de Albacete) y Sax (desde 1833 en la provincia de Murcia).

Desde finales del siglo XIX la industrialización provocó el crecimiento demográfico de numerosas localidades especializadas cada una en un producto: el calzado en Elche, Elda y Villena, el textil en Alcoy y su comarca, las alfombras en Crevillente, el chocolate en Villajoyosa, etc. A esto hay que sumarle el boom turístico a partir de la década de 1960 lo que provocó un incremento demográfico excepcional de la provincia. Desde la creación de las autonomías forma parte de la Comunidad Valenciana.

Geografía

Orografía

La provincia posee un relieve bastante montañoso y accidentado. Las 2/3 partes al norte están formadas por sierras y diversos valles fluviales, mientras que el 1/3 situado al sur, está formado por una gran llanura aluvial. Las montañas forman varias cadenas paralelas, dirigidas de suroeste a noreste y forman parte del sistema Bético. Las principales sierras alicantinas son las siguientes:

Sierra de Aitana 1.558 msnm
Puig Campana 1.401 msnm
Sierra de Mariola 1.400 msnm
Sierra del Menejador 1.356 msnm
Sierra del Maigmó 1.226 msnm
Sierra de Salinas 1.238 msnm
Sierra de Bernia 1.128 msnm
Sierra del Cid 1.127 msnm
Sierra de Algayat 1087 msnm
Sierra del Cabezón de Oro 1.210 msnm
Sierra de la Carrasqueta 1.240 msnm
Sierra de Crevillente 835 msnm

Imagen de Puig Campana de 1.401 metros de altura.

Las zonas llanas corresponden, sobre todo, a la zona sur-sureste, donde confluyen una llanura costera, la del Campo de Alicante, con dos llanuras aluviales, la del Bajo Vinalopó, y la de la Vega Baja del río Segura. Todas ellas forman una fértil zona de vega y huertas, siendo una de las principales zonas de concentración agrícola de España.

Sierra de Bernía, una de las principales de la provincia.

Hidrografía

Ríos
El Río Segura, que es el tercer río nacional en importancia de la vertiente mediterránea, atraviesa la provincia de Alicante en su extremo sur. Dicho río atraviesa casi sus últimos 40 km. bajo el suelo de la Vega Baja, atravesando algunas ciudades como Orihuela y Rojales, antes de llegar a su desembocadura, formando un pequeño estuario en Guardamar del Segura.

El río Vinalopó, es el río autóctono más importante, que recorre en sus casi 90 km. la distancia que hay de norte a sur entre su nacimiento, en la Sierra de Mariola, y su desembocadura en el Mediterráneo, a través de un canal adulterado que atraviesa las Salinas de Santa Pola. Cuenta con 3 cursos afluentes, el río Marchal, la Acequia del Rey (canal de drenaje de la antigua Laguna de Villena) y el río Tarafa. Se nutre de una gran red de ramblas que drenan todas las sierras del Medio Vinalopó en época de lluvias. Atraviesa ciudades como Elda, Novelda y Elche.

El río Serpis es el tercero en importancia, con 75 km. de longitud. Nace cerca de la Font Roja, y tras atravesar la ciudad de Alcoy, discurre por una zona muy montañosa con grandes desfiladeros, dando lugar a espacios naturales como la albufera de Gayanes, hasta desembocar en Gandía. Cuenta con afluentes como el Barchell, el Molinar y el Vernisa, además de otros más pequeños.

Estuario del Río Segura en Guardamar
Otros ríos importantes, que a su vez se nutren de otros varios afluentes, ramblas y nacimientos. Los principales son:

Río Girona
Río Gorgos
Río Algar
Río Amadorio
Río Monnegre
Rambla de las Ovejas
Río Seco

Los ríos de la provincia suelen ser, en general cortos, debido a la cercanía de las montañas al mar, y de un caudal medio o escaso. Sin embargo cuentan con cuencas bastante amplias, ya que suelen experimentar grandes crecidas en épocas de lluvias torrenciales, que generan graves inundaciones.

Embalses

Pese a que la provincia no cuenta especialmente con grandes ríos, ni gran caudal, si se encuentran situados numerosos embalses de tamaño medio y pequeño, que aprovechan minuciosamente la orografía de nuestros valles para recaudar parte del caudal de agua. Varios de ellos cuentan con varios siglos de antigüedad, como por ejemplo el Pantano de Tibi, que cuenta con la presa más antigua de Europa.

Algunos de los embalses más importantes son:

Embalse de la Pedrera
Embalse de Beniarrés
Embalse de Amadorio
Embalse de Guadalest
Embalse de Crevillente
Embalse de Isbert
Embalse de Tibi
Embalse de Elche
Embalse de Elda
Embalse de Relleu
Embalse de San Diego de Villena

Pantano de Guadalest.

Lagunas
En las llanuras aluviales del sur de la provincia, así como en otras zonas costeras, se encuentran algunos terrenos pantanosos e inundables, que dan lugar a extensas lagunas y albuferas, generalmente de agua salada. La mayoría son zona de tránsito y nidificación para todo tipo de aves, y existe en algunas de ellas así mismo un aprovechamiento para la producción de sal marina. También existen dos lagunas endorreicas situadas en el interior de la provincia.

Salinas de Santa Pola
Lagunas de Torrevieja y La Mata
Hondo de Elche
Marjal de Pego-Oliva
Salinas de Calpe
Salinas de Aguamarga
Laguna de Salinas
Laguna de Villena

Salinas de Santa Pola.

Acuíferos
El agua potable de buena parte de Alicante, ha sido suministrada desde 1858 por los acuíferos de Villena, siendo la Sierra de Salinas una zona rica en aguas subterráneas que son de gran calidad.

Clima
Predomina el mediterráneo, dentro del que encontramos tres subdivisiones:

Clima mediterráneo típico: Se extiende por las comarcas del norte y noreste. Tiene temperaturas agradables todo el año, con inviernos suaves y veranos calurosos, con máximas diarias normales por encima de los 25 grados. Las nevadas y las heladas son muy poco habituales (salvo en cumbres), al igual que las temperaturas por encima de los 40 grados. La pluviometría es bastante escasa durante el año, pero en primavera y otoño se suelen dar grandes lluvias torrenciales que convierten estas zonas en más húmedas que la media. Algunas ciudades representativas son Dénia, Calpe y Altea.

Clima mediterráneo continentalizado: Se da en el norte y oeste de la provincia, así como en las zonas montañosas. Se caracteriza por tener temperaturas extremas, con una gran amplitud térmica. Lon inviernos son largos y fríos, mientras que los veranos son calurosos, largos y secos. La continentalidad se va acentuando conforme vamos al interior. En invierno las temperaturas mínimas pueden descender fácilmente de los -5ºC en algunas zonas, habiendo heladas y nevadas ocasionales. En verano las temperaturas máximas son muy calurosas, pudiendo estar gran parte de la estación por encima de 40ºC. Las precipitaciones son más bien escasas, concentrándose en las tormentas de primavera y otoño. Algunas ciudades representativas son Villena, Alcoy o Castalla.

Clima mediterráneo seco: Se da en el sur y el sureste de la provincia. Posee veranos calurosos y muy secos, con máximas que pueden sobrepasar los 40ºC en las zonas del interior. Sin embargo los inviernos suelen ser cortos, con temperaturas muy suaves, que rara vez descienden de los 3ºC de mínima. Como su nombre indica las precipitaciones son muy escasas, no habiendo más de 400 milímetros anuales, contando con registros incluso bastante inferiores en algunas zonas. Las precipitaciones, que prácticamente son siempre en forma de lluvia, se concentran en primavera y otoño. Algunas ciudades representativas son Alicante, Elche, Torrevieja, Orihuela o Benidorm.

Sismología


Alicante, como todo el sureste peninsular, es una zona de alto riesgo sísmico. La existencia de fallas en la zona, hace que cada año sea muy común la existencia de numerosos terremotos. Aunque generalmente son de baja magnitud, con relativa frecuencia se dan seísmos que sobrepasan los 3 o 4 grados en la escala de Richter, que son percibidos por la población, y que llegan a causar algunos desperfectos. Las zonas más afectadas suelen ser la Vega Baja, y las comarcas del Vinalopó.

En el siglo XIX tuvo lugar un gran sismo de 6'6º, conocido como el Terremoto de Torrevieja, que provocó la muerte a 389 personas. El casco urbano medieval de varias ciudades de la comarca, tales como Torrevieja, Guardamar, Almoradí, Dolores, Rafal, y muchas otras, fue totalmente destruido, y estas poblaciones se volvieron a construir sobre las ruinas, con una planificación antisísmica, que confiere la característica de que el actual casco antiguo de estas localidades está diseñado prácticamente con el mismo plano.

Economía

Agricultura
Alicante tiene una importante producción agrícola, centrada principalmente en las hortalizas, los frutales y el sector del vino.

En la comarca de la Vega Baja se encuentran fértiles huertas de regadío que desde hace siglos han producido todo tipo de verduras que se comercializan por toda Europa. Tomate, pimiento, brócoli, alcachofa, cebolla, pepino, lechuga, berenjena, melón, etc. También hay producción en municipios del Campo de Alicante, o en las amplias extensiones de Elche y Villena. La provincia es pionera en la optimización del regadío, el ahorro de agua, y el riego por goteo.

En cuanto a los frutales, según en que zonas se dan unos u otros tipos de cultivo, algunos de los cuales tienen incluso propias denominaciones de origen. En zonas de montaña del interior, donde el acceso al regadío ha sido difícil, han existido tradicionalmente grandes plantaciones de almendro, que se situaban en terrazas en las faldas de las montañas. El cultivo de cítricos (naranja, limón) se da sobre todo en zonas costeras y de poca altura. En el Alto Vinalopó y las comarcas de la montaña, se dan amplias producciones de cereza y albaricoque. Callosa de Ensarriá es uno de los principales productores nacionales de níspero. En el campo de Elche se han desarrollado grandes campos de perales, melocotones y granadas. La comarca del Medio Vinalopó es así mismo la principal zona productora de Uva de Mesa de España.

La producción vitivinícola cuenta con su propia denominación de origen de Vinos de Alicante. Las principales zonas productoras son 2, las comarcas de la Marina Alta y el Medio Vinalopó. Una de las principales uvas más características es la Monastrell. Se producen vinos blancos y tintos, algunos dulces como el moscatel, y uno con nombre propio, el Fondillón.

Industria
En la provincia hay grandes polígonos industriales, como Las Atalayas y Pla de Vallonga en Alicante, el Parque Empresarial de Torrellano y Carrús en Elche, Campo Alto y Finca Lacy en Elda y L'Alfaç en Ibi. Las principales zonas industriales son fundamentalmente 4 ejes: Alicante-Elche, el eje del Vinalopó, el eje del Serpis y la Hoya de Castalla.

La zona de Alcoy y Cocentaina, fue la principal referencia en la provincia durante la Revolución Industrial. La burguesía local comenzó a levantar una pujante industria en la comarca, basada sobre todo en el textil, el papel y la metalurgia. También se dan algunos otros focos textiles como en Crevillente, que es el primer fabricante nacional de alfombras.

A finales del XIX surge en el Valle del Vinalopó una potente industria del calzado, la marroquinería y las pieles. Villena está especializada en calzado infantil, Elche fabrica calzado de todo tipo, a destacar el deporitvo (ej. empresa Kelme), y sobre todo Elda, considerada capital nacional del calzado, especializado en zapato femenino de alta costura. Estas ciudades han vivido y siguen viviendo fundamentalmente de estas manufacturas.

En las 3 poblaciones de la subcomarca de la Hoya de Castalla se ha desarrollado durante todo el siglo XX una gran industria juguetera. En las localidades de Ibi, Castalla y Onil, se han ubicado las más importantes factorías de juguetes de España, tales como Famosa, Feber, Jesmar, Moltó, Playmobil, etc.

En el Medio Vinalopó, se encuentran una gran cantidad de canteras de mármol y piedra natural. El epicentro de esta industria es la ciudad de Novelda, que cuenta con grandes empresas exportadoras de este material. En San Vicente del Raspeig se encuentra una de las principales plantas productoras de cemento de la multinacional Cemex.

La industria alimentaria también ofrece una importante posición en la provincia. Industrias cárnicas en el Alto Vinalopó, del vino y salazones en el Medio Vinalopó, de especias e infusiones en Novelda, de turrones en Jijona, de chocolates en Villajoyosa, de helados en Alicante, entre otros. Hay que destacar un invento alicantino, como son las olivas rellenas de anchoa, conocidas también como alcoyanas fabricadas por primera vez en la ciudad de Alcoy (La Española).

Hoy en día, la crisis motivada por la liberalización de comercio con China y la crisis actual, han puesto en jaque a muchos de los sectores de la industria alicantina. No obstante, durante las últimas décadas han surgido en todas las zonas una importante diversificación de industrias tales como químicas, cosméticas, tabaqueras, muebles, cerámicas, maquinarias o fabricación de diversas piezas dedicadas al automóvil, la aeronáutica o las energías renovables, que dejan abierto el futuro a una posible reactivación industrial de la región.

Servicios

Turismo

La provincia de Alicante, y su marca turística, la Costa Blanca, es una de las principales zonas turísticas tanto de España como de todo el continente europeo.

Para el año 2016, la provincia de Alicante recibió 5.3 millones de turistas internacionales, conformando más de la mitad del turismo extranjero recibido en la Comunidad Valenciana, por tanto, siendo así la provincia más visitada de dicha comunidad autónoma, y la sexta de España. A su vez, la provincia recibió ese mismo año, 6.6 millones de turistas del resto de España, sobre todo de otras partes de la Comunidad Valenciana, así como de la Comunidad de Madrid, Castilla La Mancha y Región de Murcia, principalmente.

El origen del turismo en la provincia tiene lugar a mitad del siglo XIX, cuando se ponen de moda los balnearios marítimos, y se instalan en la playa alicantina del Postiguet. La apertura del ferrocarril también por aquellas fechas, fomenta que empiecen a llegar los primeros turistas desde Madrid, atraídos por los beneficios del agua marina, y los baños de barro y algas. En las sucesivas décadas comienzan a surgir los primeros hoteles, como el mítico Hotel Palas.

Durante los años 20, y sobre todo al final de la posguerra, comienzan a surgir los primeros chalets residenciales y de veraneo junto a algunos de los arenales más extensos y vistosos de la zona, tales como la Playa de San Juan, en Alicante, y la Playa de Levante, en Benidorm.

Benidorm, ciudad pionera

Vista de la ciudad turística de Benidorm.

En Benidorm pronto reconocieron el valor de su emplazamiento privilegiado para el turismo. Una ciudad situada en un pequeño cabo, flanqueada a ambos lados por dos enormes playas. Un paisaje idílico y una orientación geográfica hacia el sur, que genera un microclima que garantiza un gran número de días de sol al año.

El alcalde en el año 1956, Pedro Zaragoza, decidió realizar un revolucionario plan de ordenación urbana que creaba algo nunca antes hecho. Se creaba una ciudad pensada para el turismo, respetando la anchura de las playas, con amplios paseos marítimos, y grandes avenidas que se disponen paralelas al mar. Los edificios se construirán en altura, para optimizar el suelo, creando así una ciudad más densa y compacta que de cabida a más personas ocupando una menor proporción de suelo, y con una disposición de modo que todas las torres tengan vistas al mar.

El éxito fue rotundo, y pronto Benidorm se convirtió en la ciudad pionera en España en turismo de masas. Tras el primer boom de turistas nacionales que llegaban por carretera, comenzó el gran interés de los touperadores internacionales. La apertura del Aeropuerto de Alicante-Elche en 1967 fue clave en el desarrollo de esta industria. El crecimiento de turistas europeos fue vertiginoso, a la par que crecían los rascacielos en la ciudad.

La ciudad siguió innovando, y se instalaron nuevas instalaciones, como el primer centro de esquí acuático de España en los 60, o la apertura en 1985 de Aqualandia, el primer parque acuático de España y el mayor de Europa. En el 2000 fue abierto así mismo Terra Mítica, un parque temático que escenifica algunas de las más importantes civilizaciones del Mediterráneo, como Iberia, Roma, Grecia o Egipto.

Benidorm se le conoce como el Manhattan del Mediterráneo, ya que su crecimiento vertical le hace ser la 2.ª ciudad del mundo con mayor concentración de rascacielos por metro cuadrado, tras el distrito neoyorquino. En esta ciudad se encuentran algunos de los edificios más altos de España, tales como son el Hotel Bali III, o las torres gemelas Intempo.

Turismo Residencial

Denia

A la par que crecía el boom de Benidorm, la industria turística fue creciendo de forma exponencial en toda la Costa Blanca. La capital, Alicante, se desarrolló de cara al mar, con un ámbito claramente turístico. En la Playa de San Juan comenzó a darse el fenómeno de la construcción de grandes bloques de apartamentos de segunda residencia, que le otorgaron el sobrenombre de Playa de Madrid.

De este modo, se fueron desarrollando la mayoría de las ciudades costeras, algunas con un urbanismo más vertical y compacto, con bloques de apartamentos, y otras con un urbanismo más especulativo, con grandes extensiones de viviendas unifamiliares que ha generado problemas y polémicas en torno a su excesiva depredación del terreno.

También empezó a surgir una curiosa diferenciación respecto a la procedencia de los turistas que compraban su segunda residencia. Mientras que en ciudades como Alicante, Torrevieja y Santa Pola, los principales turistas eran de origen español, en los municipios situados al norte de la capital, la afluencia solía ser mayoritariamente extranjera. De este modo, en Benidorm los extranjeros eran mayoritariamente británicos, mientras que en Denia, Javea y Calpe lo eran los alemanes, en Teulada los holandeses, o en Alfaz del Pi y Altea los escandinavos.

Calpe

A partir de la década del 2000 el boom del turismo residencial vuelve a vivir un crecimiento similar al de los años 70 y 80. La ciudad de Torrevieja fue varios años la de mayor crecimiento nacional, y muchas ciudades de las llamadas de segunda línea de mar, desarrollaron importantes planes urbanísticos, en torno a campos de golf, y zonas verdes residenciales.

Algunas de estas localidades, como Benisa, La Nucia, San Fulgencio o Rojales, crecieron exponencialmente de población, con porcentajes de población extranjera que sobrepasan las 3/4 partes del censo local. En la última década las comarcas donde más ha crecido este turismo residencial han sido la Marina Alta y sobre todo la Vega Baja, con una notable y creciente afluencia de residentes rusos.

Turismo de Interior

Durante los últimos años también se está haciendo un esfuerzo por desestacionalizar el turismo alicantino. Dar a conocer igualmente el interior, y escenarios alternativos y complementarios a las playas. De este modo se pone en valor el patrimonio histórico de las ciudades, como por ejemplo los castillos de la ciudad de Alicante y sus museos, la ciudad de Elche, con sus 2 patrimonios de la humanidad, destacando el espectacular palmeral, o la histórica ciudad de Orihuela, con su catedral y sus múltiples edificios históricos.

Castillo de Sax.

La Ruta de los Castillos del Vinalopó, situada en el Valle del Vinalopó, da a conocer una serie de ciudades que cuentan con castillos y fortalezas que las protegían durante el medievo. Se sitúan en una de las comarcas del país con mayor concentración de castillos, que se encuentran en diversas localidades como Villena, Biar, Bañeres, Castalla, Sax, Petrel o Novelda. Este turismo también se complementa con rutas comerciales, como la ruta del calzado en Elda, o las diversas rutas enológicas del Medio Vinalopó.

También hay un creciente turismo natural en las comarcas serranas del interior. En los diversos valles hay poblaciones pintorescas y lugares representativos. Desde las cumbres de las sierras que ofrecen vistas panorámicas de toda la costa, a lugares de gran valor como Guadalest, o las Fuentes del Algar.

Turismo Deportivo

Desde siempre ha habido una clara vocación por el turismo deportivo, siendo una zona muchas veces elegida para celebrar concentraciones de toda clase de colectivos y equipos deportivos, a fin de llevar a cabo entrenamientos, preparar la pretemporada u otros eventos. Es destacable el turismo asociado al ciclismo, dado que gran número de equipos profesionales y amateurs eligen la provincia como zona de entrenamiento, por el clima benigno y el buen estado y disponibilidad de carreteras de montaña. Cuenta con centros BTT como el de Lorcha dónde es posible el alojamiento de los ciclistas de montaña y el mantenimiento mecánico de la bicicleta, para recorrer las múltiples rutas y senderos señalizados.

Puerto Deportivo en Campello.

Algunos municipios, en especial Santa Pola, aprovechan su situación geográfica para desarrollar una creciente red de turismo del deporte. En dicha ciudad se desarrollan anualmente todo tipo de competiciones que gozan de gran apoyo popular, como una media maratón, triatlon, natación en mar abierto, etc. Así mismo se está desarrollando en la ciudad la práctica de deportes acuáticos, siendo uno de los principales puntos del país para la práctica del windsurf y el kitesurf. En las comarcas de la Marina Alta y Baja, la costa accidentada es un escenario ideal para la práctica del submarinismo.

De este modo, la práctica de la vela está muy desarrollada en la provincia, siendo una de las que más puertos deportivos y clubes náuticos tiene en todo el país. Durante la última década se ha extendido la práctica del golf, sobre todo en algunas urbanizaciones que han crecido en torno a campos de este deporte.

En el interior, en diversas zonas de sierra, también se desarrollan actividades deportivas de aventura, tales como la escalada, el barranquismo, la espeleología, etc. La provincia cuenta con una red de senderos muy desarrollada.

Turismo Cultural
Las festividades de la provincia son una importante y creciente fuente de turismo, muchas de las cuales están declaradas de interés turístico internacional. Los Moros y Cristianos son las fiestas más populares de la región, siendo las de Alcoy, las más conocidas y las de Villena, las más participativas (1 de cada 3 habitantes). Asimismo en Alcoy destaca la Cabalgata de Reyes.Otras fiestas como la Semana Santa de Orihuela y Elche, las el Misterio de Elche o las Hogueras de San Juan, son fiestas y actos culturales que congregan un gran número de visitantes a las distintas ciudades que las celebran.

Demografía

Población

Municipios más poblados
(2016)

Posición Municipio Población
1.ª Alicante 329.988
2.ª Elche 228.675
3.ª Torrevieja 83.252
4.ª Orihuela 76.097
5.ª Benidorm 66.831
6.ª Alcoy 59.106
7.ª San Vicente del Raspeig 57.175
8.ª Elda 52.620
9.ª Denia 41.568
10.ª Petrel 34.533
11.ª Villena 33.968
12.ª Villajoyosa 33.607
13.ª Santa Pola 31.137
14.ª Crevillente 28.836
15.ª Campello 27.604
16.ª Jávea 27.060
17.ª Novelda 25.868
18.ª Muchamiel 24.778
19.ª Ibi 23.423
20.ª San Juan de Alicante 23.14

La población empadronada en la provincia de Alicante se sitúa en 1.825.332 habitantes (INE, 2017), lo que la convierte en la 5.ª provincia más poblada de España. La densidad de población es igualmente muy elevada (315,76 hab/km² en 2016), lo que la sitúa como la quinta más densamente poblada del país y la primera de las tres provincias valencianas.

La población se encuentra distribuida de una forma bastante uniforme por todo el territorio provincial, presentando densidades de población superiores a los 50 hab/km² en cualquier comarca. Aun así se puede hablar de zonas muy pobladas, con densidades superiores a los 400 hab/km² donde se concentra la población en núcleos urbanos de más de 20.000 habitantes, frente a las zonas de densidades bajas que son escasas, y están localizadas en puntos muy concretos de la montaña alicantina, en comarcas como El Condado o el oeste de la Marina Alta.

Mapa de la provincia de Alicante con las ciudades de más de 25.000 habitantes.

Las zonas de alta densidad de población son:

El Área metropolitana de Alicante-Elche. Es un área urbana de doble núcleo, formada por la capital provincial, Alicante, con sus ciudades dormitorio, y Elche, la localidad vecina, situada a unos 23 km. Son 2 grandes ciudades que se complementan y retroalimentan, dando lugar a una conurbación de 757.085 habitantes.

La Costa Blanca. A lo largo de toda la línea de costa, tanto al norte como al sur de la capital, se disponen una serie de ciudades importantes y bastante pobladas. Son ciudades que han crecido básicamente al calor del boom turístico de la 2.ª mitad del siglo XX, y conforman una sucesión urbana casi continua a lo largo de todo el eje costero provincial, solo interrumpido por algunas zonas de calas, cabos, acantilados, y zonas de difícil acceso en general. Las principales ciudades de este eje costero son Denia, Jávea, Calpe, Altea, Benidorm, Villajoyosa, Alicante, Santa Pola, Guardamar y Torrevieja.

El Valle del Vinalopó, forma un eje estratégico desde hace varios siglos. Se encuentra en el valle que da acceso al mar a la meseta, y antaño suponía la principal salida de mercancías castellanas al mar. Hoy sigue siendo un eje principal, y durante el siglo XX se desarrollaron grandes ciudades industriales, situadas junto al ferrocarril y la autovía que conectan Alicante con Madrid. Este eje está compuesto principalmente por las ciudades de Villena, Elda-Petrel, Novelda y Aspe. Todo el eje se conecta en forma de Y con las dos principales urbes, Alicante y Elche.

La llanura aluvial del río Segura (comarca de la Vega Baja), consta de dos ejes densamente poblados: por un lado las poblaciones junto al río, y por otro, la sucesión urbana que hay a lo largo del eje Alicante-Murcia. En ambos casos, el núcleo principal es la ciudad de Orihuela.

Hoyas de Alcoy y Castalla. En estas comarcas del norte de la provincia se sitúan dos ejes urbanos e industriales. Por un lado la conurbación de Alcoy-Cocentaina, y por otro lado el eje Ibi-Castalla-Onil, que forman un grupo de importante población en medio de una zona de baja densidad.

Quedan, por tanto, como áreas con menor densidad de población las zonas de montaña que separan la costa de los valles interiores, las grandes sierras del interior provincial, la parte occidental del Valle del Vinalopó y algunas zonas despobladas en el sur de la Vega Baja dedicadas al monocultivo de cítricos en grandes extensiones.

Si bien es cierto que durante las últimas dos décadas, el crecimiento del área capital y el eje costero ha seguido creciendo de forma pujante, mientras que las tradicionales ciudades industriales del interior han visto estancado su crecimiento demográfico, perdiendo peso relativo frente otras ciudades costeras.

La provincia de Alicante es la 44.ª de España en que existe un mayor porcentaje de habitantes concentrados en su capital (17,31 %, frente a 31,96 % del conjunto de España).

Evolución demográfica

Evolución demográfica de la provincia de Alicante
Año Población % España
1857 378.958 2,45%
1877 390.565 2,48%
1887 411.465 2,47%
1900 470.149 2,53%
1910 497.616 2,49%
1920 512.186 2,39%
1930 545.838 2,31%
1940 607.562 2,34%
1950 634.065 2,26%
1960 711.942 2,33%
1970 920.105 2,71%
1981 1.148.597 3,04%
1991 1.334.545 3,38%
2000 1.445.144
2010 1.926.285
2016 1.836.459

Desde el primer censo oficial, en 1857, hasta los últimos datos de población de 2015, la provincia de Alicante ha aumentado su peso demográfico en el conjunto de España y de la Comunidad Valenciana de forma significativa, siendo siempre positivo el crecimiento intercensal hasta el año 2013. Ya durante la segunda mitad del siglo XIX su peso aumentó ligeramente debido a que su crecimiento vegetativo era mayor que la media española y a que la costa mediterránea empezaba a ser un centro de atracción para los habitantes de otras regiones, pero de forma muy moderada a la que se desarrollaría en la segunda mitad del siglo XX.

Durante la primera mitad del siglo XX el crecimiento de la población fue menor que el del resto de España, perdiendo peso la provincia, y lo mismo sucedía a escala de la Comunidad Valenciana. Este hecho se explica por una cierta emigración hacia las colonias francesas del norte de África y un crecimiento vegetativo que, siendo positivo, era menor que en otras regiones con tasas de natalidad mucho más altas. Así la provincia de Alicante pasaba de suponer en 1900 el 2,53% de España y el 29,68% de la Comunidad Valenciana, al 2,26% y 27,48% respectivamente, en 1950.

Desde la década de 1960 el crecimiento demográfico se aceleró fuertemente, superando con creces el de la media española, lo que ha provocado un aumento muy significativo del peso relativo de la provincia en el conjunto del país. Se debió, ya no solo al aumento de la natalidad tan notorio en la España de postguerra, sino a la inmigración procedente de las regiones próximas: Castilla-La Mancha, Murcia y Andalucía oriental. Este crecimiento supuso un cambio en la estructura de la población con un aumento de la población joven. Esta es la causa por la que durante las décadas de los 80 y 90, aunque el saldo migratorio no ha sido tan espectacular, la provincia haya seguido aumentando de población y de peso, ya que la natalidad se ha mantenido más alta que en el resto de España por dicha estructura demográfica joven.

Desde finales de los 90 ha vuelto a aumentar el saldo migratorio, incluso con tasas superiores a las de las décadas de los 60 y 70, con la llegada de inmigrantes de Europa, Hispanoamérica y el Magreb, fundamentalmente. Actualmente, con un 4,11% de la población española y un 37,90% de la valenciana, la provincia de Alicante se encuentra en su momento de mayor importancia demográfica y económica de toda su historia con respecto al resto de España, siendo ya la 5ª provincia más poblada por detrás tan solo de las provincias de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla

Población extranjera
Nacionalidades extranjeras con más de 5.000 habitantes (2017)
Posición Nacionalidad Población
1.ª Bandera de Reino Unido Reino Unido 64.729
2.ª Bandera de Marruecos Marruecos 37.967
3.ª Bandera de Rumania Rumania 24.518
5.ª Bandera de Rusia Rusia 15.649
6.ª Bandera de Argelia Argelia 15.055
4.ª Bandera de Alemania Alemania 13.756
7.ª Bandera de los Países Bajos Países Bajos 11.633
8.ª Bandera de Ucrania Ucrania 10.062
11.ª Bandera de la República Popular China China 9.378
12.ª Bandera de Colombia Colombia 9.261
9.ª Bandera de Bulgaria Bulgaria 8.894
10.ª Bandera de Ecuador Ecuador 7.994
13.ª Bandera de Italia Italia 7.936
15.ª Bandera de Bélgica Bélgica 7.769
14.ª Bandera de Francia Francia 7.745

Variación de la población española entre 1900 y 2000.
Según la actualización padronal de 2015, el 19,6% de la población de la provincia de Alicante es de nacionalidad extranjera, un total de 364.382 personas. Esta cifra supone el mayor porcentaje de todas las provincias españolas y prácticamente del doble de la media española (10,7% de extranjeros). Esto se explica porque en la provincia de Alicante, al igual que en otras costeras como Baleares, Málaga o las de Canarias, la inmigración procede de distintas regiones de la Tierra, de modo que su volumen es mayor.

Entre la población foránea se debe distinguir entre los nacionales de otros países de Europa Occidental (un 13% del total de la población provincial), atraídos principalmente por el clima, las playas y la buena calidad de vida (efecto Cinturón del Sol), y una inmigración más puramente económica y reciente, procedente mayoritariamente de Iberoamérica, Europa del Este y norte de África. Los inmigrantes de otras regiones son minoritarios, aunque aun así hay gente de más de 100 nacionalidades distintas.

La presencia masiva de residentes europeos es de tal magnitud que, en varios municipios de la provincia la población censada extranjera es superior a la española, como ocurre en San Fulgencio la localidad que tiene el mayor porcentaje de población foránea de toda España, con un 73,9% de extranjeros (INE 2006). Esto también sucede en varios municipios de más de 10.000 habitantes: Rojales, Teulada, Calpe, Alfaz del Pi, Jávea y Torrevieja.

De los 21 municipios españoles donde se producía tal situación, 15 se encontraban en la provincia de Alicante, según el padrón de 2006 del INE. Este fenómeno de concentración de residentes europeos, al principio limitado al litoral, se está extendiendo a muchas pequeñas poblaciones del interior, invirtiendo bruscamente el ciclo de despoblamiento que muchas de ellas sufrían desde el siglo XIX debido a un fuerte éxodo rural hacia las ciudades y la costa (véase Aguas de Busot, La Nucía, Hondón de los Frailes).

Esta población se asienta normalmente en urbanizaciones de viviendas unifamiliares, próximas a la costa, campos de golf y otros servicios turísticos. Suelen ser personas jubiladas por lo que se plantean problemas como las prestaciones sanitarias, lo que ha incrementado notablemente el gasto sanitario en buena parte de la provincia, lo que hace plantearse realmente el beneficio de este tipo de inmigración.

Por su parte la inmigración por motivos económicos se asienta también en las zonas turísticas, ya que es donde más mano de obra requieren sectores como la hostelería y la construcción, pero también trabajan en otros sectores como la industria, en especial el calzado, y los servicios domésticos y a la comunidad. La población procedente de Hispanoamérica y del Magreb ha contribuido decisivamente, al igual que en el resto de España, al aumento de la natalidad, lo que compensa el envejecimiento demográfico de los españoles y de la inmigración de Europa Occidental y del norte.

Cultura

Fiestas

Moros y Cristianos

Desembarco en las playas de Campello.

Las fiestas de Moros y Cristianos son las más representativas de la provincia, puesto que son las que se dan en un mayor número de municipios, y las que cuentan a nivel general con un mayor arraigo y participación popular. Estas fiestas, en muchas localidades declaradas de interés turístico nacional e internacional, conmemoran la época de la Reconquista, cuando los cristianos recuperaron estas tierras de su dominación mahometana.

Durante estas fiestas se llevan a cabo diferentes actos, tales como las embajadas mora y cristiana, los asaltos al castillo, batallas de arcabucería, o en algunos sitios costeros, incluso desembarcos marítimos. El acto principal de estas fiestas suelen ser desfiles a modo de pasacalles, en los que las comparsas de ambos bandos desfilan acompañadas de bandas de música, al son de las muy conocidas majestuosas marchas moras o triunfales marchas cristianas.

Estas celebraciones se vienen celebrando en muchas ciudades desde casi la propia época medieval. Las actuales celebraciones, a modo de desfiles perpetrados por comparsas, tienen varios siglos de antigüedad, aunque no en todas las poblaciones se comenzaron a organizar al mismo tiempo de forma oficial, o fueron interrumpidas por motivo de guerras u otros inconvenientes del pasado. Las más relevantes por participación o singularidad son las siguientes:

Moros y Cristianos de Alcoy
Moros y Cristianos de Ibi
Moros y Cristianos de Villajoyosa
Moros y Cristianos de Villena
Moros y Cristianos de Elda
Moros y Cristianos de Petrel
Moros y Cristianos de San Vicente del Raspeig
Moros y Cristianos de Elche
Otras celebraciones notables son las de Orihuela, Monforte del Cid, Cocentaina, Crevillente, Bañeres, Campello, Novelda, Ibi, Biar o Muro.

Hogueras y Fallas

Tanto las Hogueras de San Juan como las Fallas, son unas celebraciones de origen pagano y prehistórico, que consisten en una celebración nocturna en la que se queman piras de fuego, con maderas u objetos viejos. Estos fuegos se hacían tradicionalmente para conmemorar los distintos ciclos estacionales del calendario solar. De este modo, generalmente las fallas conmemoran el equinoccio de primavera, y las hogueras el solsticio de verano. La fiesta se cristianizó, adaptando las fechas a patronos importantes próximos a esas fechas, tales como San José (19 de marzo) y San Juan (24 de junio). Hay casos que difieren, como Elda, que se celebran como despedida del verano.

Pirotecnia durante las Hogueras.

Todas estas fiestas tienen unos rasgos principales, como es la construcción de monumentos de madera y cartón, que siguen un lema y una temática. Generalmente siguen una crítica satírica sobre temas y personajes de actualidad. Los monumentos son quemados la última noche de la fiesta. Son celebraciones que vienen acompañadas de pólvora y pirotecnia, siendo un ejemplo de ello las mascletás. Otras fiestas interesantes son: las Hogueras de Alicante, las Fallas de Elda, las Fallas de Denia y las Hogueras de Onil.

Semana Santa

La Semana Santa se celebra con mayor o menor popularidad en todas las ciudades. Sin embargo, por la singularidad de sus actos, tallas o procesiones, algunas de ellas han sido declaradas de interés turístico internacional. Las más relevantes son:

Semana Santa en Alicante
Semana Santa de Orihuela
Semana Santa de Crevillente
Semana Santa de Elche, con el tradicional misterio.

Misterio de Elche, una celebración de origen medieval.

El Misterio de Elche es una dramatización teatral que conmemora la consagración religiosa de la Virgen María. Es un acto único en el mundo, que viene celebrándose desde su origen medieval. Recibió una bula papal para poder desarrollarse dentro de un templo como obra teatral que es. Dada su importancia, fue catalogada como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Se celebra los días 14 y 15 de agosto en la Basílica de Santa María de Elche.

La Romería de Santa Faz es una romería de ocho kilómetros, con cinco siglos de antigüedad, que comienza en la Concatedral de San Nicolás (la religiosa) o el Ayuntamiento (cívica) y termina en el Monasterio de la Santa Faz donde se venera a la Santa Faz, un relicario que contiene un trozo de tela con las marcas de la faz de Cristo. Esta reliquia fue traída por el sacerdote de San Juan, Mosén Pedro Mena en el siglo XV. Se celebra el segundo jueves después de Semana Santa, y suelen participar más de 300.000 personas, siendo la segunda romería más importante de España, por detrás de la del Rocío.

Patrimonio

Museos

MARQ - Museo Arqueológico Provincial de Alicante
MACA - Museo de Arte Contemporáneo de Alicante
MUBAG - Museo de Bellas Artes Gravina
MAHE - Museo Arqueológico y de Historia de Elche
Museo del Calzado de Elda
Museo Casa de los Reyes Magos, Ibi.
Museo del Juguete de Ibi
MAF - Museu Alcoià de la Festa, de Alcoy.
Museo arqueológico Camil Visedo de Alcoy
MUBOMA - Museo de Bomberos del Consorcio Provincial de Alicante, en Alcoy.
Museo de la Muñeca, Onil.
Museo arqueológico de Villena, que alberga el Tesoro de Villena
Museo del Papel de Banyeres de Mariola.
Museo del chocolate de Villajoyosa en el que se puede ver la historia del chocolate en la región.
Museo del Helado de San Vicente del Raspeig: es el único museo del helado de la provincia de Alicante.
Museo del Turrón de Jijona.

Tesoro de Villena, el más antiguo e importante conjunto áureo de la Europa Occidental.

Idiomas
Español y valenciano son los dos idiomas oficiales en la provincia de Alicante, como ocurre en el resto de la Comunidad Valenciana.

El valenciano fue lengua general de todo el territorio de la actual provincia, a excepción de la comarca de Villena, históricamente castellanohablante y solo incoporada a territorio valenciano a partir de la división provincial de 1833. El proceso de castellanización comienza sobre todo a partir de la expulsión de los moriscos de 1609. Tal fecha marca el punto de partida de la castellanización de la Vega Baja, acentuada tras las epidemias de peste de 1648. En el caso de Aspe, la villa quedó prácticamente despoblada tras la expulsión y fue repoblada por habitantes provenientes de Castilla, especialmente de Torrijos, razón por la cual el castellano se hizo de forma posterior lengua general de la población.

Toda la provincia es oficialmente de predominio valenciano-hablante a excepción de algunos municipios. Son castellano-parlantes la Vega Baja del Segura, a excepción de Guardamar, y algunos municipios del valle del Vinalopó: Aspe, Elda, Monforte del Cid, Salinas, Sax y Villena. Sin embargo, es necesario añadir que durante el siglo XX se ha alterado la situación lingüística en favor del castellano, que se habla mayoritariamente en Alicante y Elche  y en las poblaciones más afectadas por el turismo y la inmigración castellana.

Deportes
Desde 1980 se entregan anualmente los Premios Deportivos Provinciales de la Diputación de Alicante a los mejores deportistas, técnicos y clubes provinciales por los méritos contraídos durante el año anterior.

Fútbol
En la provincia hay un grupo de 5 clubes decanos que fueron fundados entre los años 1918 y 1928, que son tanto por antigüedad como por palmarés, los más relevantes.

3 de ellos han jugado en Primera División: Elche CF (21), Hércules de Alicante CF (20) y CD Alcoyano (4).

Otros 2, han disputado 5 temporadas cada uno en la Segunda División: Alicante CF y CD Eldense.

Hay muchos otros equipos importantes e históricos en la provincia, aunque algunos de ellos están o han estado inmersos en procesos de disolución. Algunos de los importantes que han permanecido siempre en categorías inferiores a 1.ª y 2.ª división, son tales como: Novelda CF, FC Torrevieja, Villajoyosa CF, CD Benidorm, Orihuela CF, o CD Denia.

Baloncesto
El Club Baloncesto Lucentum de Alicante es el club de baloncesto más importante de la provincia. Es el actual campeón de la LEB Oro, y disputará la liga ACB en la temporada 2013/14, liga que ha disputado en 9 temporadas anteriores. Además, el CB Calpe llegó a disputar en 2 temporadas la LEB Oro y fue campeón en 1998 de la Liga EBA

Balonmano

Masculino

El Club Balonmano Altea estuvo jugando en Liga ASOBAL durante varias temporadas, hasta que desapareció en 2008 por la crisis económica. También están el Club Balonmano Torrevieja, Club Balonmano Almoradí y Club Balonmano Benidorm.

Femenino
BM Elda Prestigio. Club de balonmano más laureado de la provincia, que ganado 4 ligas nacionales. Y también: BM Mar Alicante y CBF Monóvar.

Fútbol Sala
La sección de fútbol sala del Elche CF es el primer equipo de la provincia en militar en la Primera División de LNFS debutando en la temporada 15/16

Comarcas
Las actuales comarcas utilizadas en la provincia de Alicante son las DTH propuestas por la Generalidad Valenciana, y son las siguientes:

La Hoya de Alcoy o Alcoià, 113.154 habitantes, capital Alcoy. Se divide en dos subcomarcas claramente diferenciadas:

- Valle de Alcoy, 69.224 habitantes, capital Alcoy. Destaca por la agricultura de secano (olivos), la industria textil.
- Hoya de Castalla, 43.930 habitantes, capital Castalla, ciudad más poblada: Ibi. Destaca la industria del juguete.

El  Condado de Cocentaina o Comtat, 28.391 habitantes, capital Cocentaina. Es una pequeña comarca en la que predomina la industria textil.
La Marina Alta, 199.273 habitantes, capital Denia. Es la comarca más lluviosa y se dedica al turismo.
La Marina Baja, 191.388 habitantes, capital Villajoyosa y ciudad más poblada Benidorm. Eminentemente turística, destaca por sus playas y su interior montañoso. Tiene una subcomarca muy pintoresca: el Valle de Guadalest.
El Alto Vinalopó, 54.061 habitantes, capital Villena. Industria del calzado y el mueble. Agricultura de regadío.
El Medio Vinalopó, 173.324 habitantes, capital Elda. Industria del calzado, del mármol y variadas. Vinos y uva de mesa en agricultura.
El Bajo Vinalopó, 290.481 habitantes, capital Elche. Agricultura de regadío junto a la industria del calzado y las alfombras y el turismo en la costa.
El Campo de Alicante o Alacantí, 476.123 habitantes, capital Alicante. Comarca de servicios y turística, fuertemente urbanizada.
La Vega Baja del Segura, 390.817 habitantes, capital Orihuela y ciudad más poblada Torrevieja. Agricultura de regadío (hortalizas y cítricos) y turismo en todo el territorio.

En cambio, las comarcas históricas y tradicionales de la provincia son:

-La Serranía de Alcoy, formado por las DTH del Condado de Cocentaina, la Hoya de Alcoy (sin la Hoya de Castalla), el Valle de Biar y Bocairente.
- Los Valles de Pego, formados por los municipios de Vall de Gallinera, Vall de Ebo, Vall de Laguart, Adsubia, Pego, Castell de Castells, Valle de Alcalá, Benichembla, Parcent y Murla.
- El Marquesado de Denia, formado por la zona este de la DTH de la Marina Alta.
- La Hoya de Castalla, formada por Ibi, Tibi, Onil y Castalla.
- La Hoya de Jijona formados por los municipios de Jijona y Torremanzanas.
- La Marina, formada por la DTH de la Marina Baja, los pueblos de Benisa, Senija, Calpe, Teulada y los pueblos del valle de Jalón.
- La Huerta de Alicante, formada por Alicante, San Vicente del Raspeig, Muchamiel, San Juan de Alicante, Agost, El Campello, Busot y Aguas de Busot.
- El Campo de Elche, denominación tradicional del Bajo Vinalopó.
- La Huerta de Orihuela, denominación tradicional de la Vega Baja del Segura.
- El Valle de Novelda, formado por la DTH del Vinalopó Medio y el municipio de Salinas.
- Los Llanos de Villena, formados por Villena, Sax, Caudete y Almansa (estos dos últimos se encuentran en la provincia de Albacete). Anteriormente también se denominaba Marquesado de Villena, Principado o Tierras de Don Manuel, abarcando varias provincias.

Gastronomía

El conjunto de costumbres culinarias de la provincia tiene tres pilares básicos: los productos de la huerta, los productos del mar, y piezas cárnicas menores.

Una de las bases de esta cocina es el arroz. La paella es universal, y así mismo se dan todo tipo de arroces, en el interior, más típicos con conejo, hortalizas, o el arroz con costra, mientras que en zonas costeras son típicos con todo tipo de pescados y mariscos, como por ejemplo el arroz a banda o el caldero. Las amplias zonas de huerta con las que cuenta la provincia, hacen que las frutas de verano y las hortalizas de todo tipo sean muy consumidas, y adaptadas a todo tipo de guisos.

Paella al fuego.

La multitud de puertos pesqueros con los que cuenta la costa blanca, dan a los pescados y mariscos una importancia vital en la zona. Sardina, mújol, dorada, lubina, salmonete o atún rojo, son de los más demandados. Así mismo la gamba roja, el langostino, la cigala, el mejillón o la tellina, sirven para gran cantidad de platos. Es muy común también el pescado en salazón, mojama, hueva, sardina, caballa, o bonito son muy consumidos desecados.

Las carnes más consumidas son las de animales de corral, cerdo, cordero, pollo, conejo o perdiz. Son muy típicas las parrilladas de cordero a la brasa, sobre todo en pascuas, y todo tipo de guisos con conejo y pollo. En algunas zonas como Villena o Pinoso, es famosa la producción de embutidos, sobre todo de longaniza y guarra (embutido similar a la chistorra). Son típicos también los cocidos con pelotas.

Toña alicantina, un bizcocho dulce típico para desayunos.

Son famosos algunos platos hechos a base de harinas y cereales, como los gazpachos (un guiso a base de tortas de pan ácimo), las farinetas, o la gachamiga.

 

Su Turismo

Los 7 pueblos más bonitos de Alicante

1. Altea

Empezamos nuestro recorrido por los pueblos más bonitos de Alicante por todo lo Altea… ¡Perdón, por todo lo alto! Sí, hemos empezado con un chiste malo, pero lo arreglamos enseguida con un piropo: Altea tiene tanto encanto que cada paso que das por sus empinadas calles para subir a su casco histórico y admirar las espectaculares vistas desde sus miradores es, en realidad, un paso para estar más cerca del cielo.

2. Denia

Denia no es un pueblo, sino una ciudad, pero no queríamos dejarla fuera de esta selección de bellezas de la provincia de Alicante. Sus playas, su castillo, sus iglesias y ermitas y sus calles hacen que Denia merezca un lugar entre las top models de la provincia de Alicante. Entre tanta belleza no podría faltar un impresionante macizo: el Montgó. Otro chiste malo, así que toca compensar con otro piropo: ¡Denia, guapa!

3. Jávea

Jávea no debería sentir celos de otros municipios de Alicante porque también tiene su encanto. Pero si nos lo puede evitar, quizá le sirva de ayuda verse reflejada, por ejemplo, en las aguas de la cala de la Granadella o de la playa de la Barraca.

4. Guadalest

La belleza también está en el interior (y no sólo en la costa). Y de ello da buena fe Guadalest, un pintoresco pueblo que a pesar de su reducido tamaño puede permitirse el lujo de mirar a los demás por encima del hombro desde el castillo de San José y desde la torre del castillo de La Alcozaina.

5. Polop de la Marina

Cerca de Guadalest se encuentra otro de los pueblos más bonitos de Alicante: Polop de la Marina. También aquí un castillo de origen musulmán se erige como protagonista de un pueblo con encanto perteneciente a la comarca de la Marina Baja.

6. Calpe

Calpe también tiene su castillo, aunque en su caso el centro de todas las miradas es el peñón de Ifach, referencia de una localidad atractiva para el turismo por sus playas y calas, pero también por su casco histórico.

7. Teulada-Moraira

El municipio de Teulada, con sus dos núcleos de población (Teulada en el interior y Moraira en la costa), es un perfecto ejemplo de que la belleza está tanto en el interior como en el exterior.

 

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